grandes ideales

Sábado 8 de mayo de 2021 – Entre el mundo y Cristo

H. Francisco Posada, L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

¿Quién soy yo para que de mí te acuerdes, Señor? Uno más en el gran número de personas que viven en el mundo, no tengo nada especial y Tú, mejor que nadie, conoces cuántas veces te he fallado. Te pido que me ilumines el corazón porque sé que en mi vida me guías a través del amor.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que me han odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.

Acuérdense de lo que les dije: ‘El siervo no es superior a su señor’. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió”.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Muchas veces me he preguntado si vale la pena lo que hacemos en el seminario porque, en la etapa que cursamos, estamos estudiando y los deseos que teníamos en un inicio, que nos motivaban a tomar este camino, se ven muy distintos en frente de un escritorio o estudiando cosas que son difíciles de entender, pero Dios, de una u otra forma, sale al encuentro.

Dios nos promete grandes ideales, pero no como nosotros o el mundo nos los propone. El mundo dice que somos lo que tenemos y mientras más dinero tengamos somos mejores; y si tenemos un puesto más importante que otros, nos da permiso de hasta usar a los demás. Cristo en cambio nos dice que solo una cosa es necesaria y esencial, no importa tanto cuánto dinero tengamos, sino que lo tengamos a Él, que podaos estar con la gente que amamos.

El mundo propone una libertad que no tiene límites, que podemos hacer lo que queramos; nada nos detiene de elegir lo que nos gusta, ¿por qué Dios se tendría que entrometer en nuestras decisiones? Cristo responde a esto con su obediencia. Él, siendo todopoderoso, se quiso someter a un hombre (su padre, san José), quiso ser uno de nosotros porque comprendió que el que obedece, hace más que el que manda. Todo el que obedece, según Dios, llega a estar más cerca de Él. Nos es súper difícil obedecer porque pensamos que es dejar nuestra libertad a un lado y convertirnos en esclavos. No es así ya que la obediencia necesita de una decisión libre y responsable, si no es de este modo, no es verdadera obediencia.

El mundo nos propone una imagen de que mientras más placer sexual tengamos nuestra vida funcionará mejor. Y, el no hacerlo, va en contra de nuestra condición de hombres y mujeres. Cristo nos invita a revalorar la sexualidad humana que no es un juguete que podemos usar para divertirnos, que no se trata de un entretenimiento. Lo que está al centro de las relaciones sexuales es el amor y si Dios llama a alguno a donarse totalmente a Él quiere que le reserve su cuerpo solo a Él y a nadie más.

«Ser católico en la política no significa ser un recluta de algún grupo, una organización o partido, sino vivir dentro de una amistad, dentro de una comunidad. Si tú al formarte en la Doctrina social de la Iglesia no descubres la necesidad en tu corazón de pertenecer a una comunidad de discipulado misionero verdaderamente eclesial, en la que puedas vivir la experiencia de ser amado por Dios, corres el riesgo de lanzarte un poco a solas a los desafíos del poder, de las estrategias, de la acción, y terminar en el mejor de los casos con un buen puesto político, pero solo, triste y con el riesgo de ser manipulado. Jesús nos invita a ser sus amigos. Si nos abrimos a esta oportunidad nuestra fragilidad no va a disminuir. Las circunstancias en las que vivimos no cambiarán de inmediato. Sin embargo, podremos mirar la realidad de una manera nueva, podremos vivir con renovada pasión los desafíos en la construcción del bien común. No olvidemos que entrar en política, significa apostar por la amistad social.»

(Discurso de S.S. Francisco, 4 de marzo de 2019).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Pedir por las vocaciones a la vida consagrada y su fidelidad a Dios.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

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