Viernes 10 de junio de 2022 – «Cuida el corazón»
Santiago García Huerdo, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía ! Yo me ofrezco en todo a ti; y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, ¡oh, Madre de Bondad!, guárdame y defiéndeme como a cosa y posesión tuya. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 27-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento ‘no cometerás adulterio’. Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: ‘El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio’”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús no ha venido a abolir la ley, sino a darle una nueva forma para vivirla. Creo que en este Evangelio eso se ve muy claro. Al Señor no le interesa mucho el bullicio de afuera, porque ha dejado claro, en muchas ocasiones, que esa actitud farisaica está mal. Lo que realmente le interesa al Señor es lo que sucede dentro de tu corazón.
No hay ningún pecado que se cometa solamente desde afuera. Todos, absolutamente todos, se “cocinan” desde el corazón. Desde ahí es donde el Señor quiere nuestro cambio. Es desde el corazón dónde debemos custodiar la pureza y la sencillez de amar a nuestro prójimo.
Por eso es necesario siempre estar alerta sobre lo que entra a nuestro corazón. Sobre todo, en este mundo que nos ofrece tantas cosas para ensuciarlo. Piensa, ¿qué tan consciente eres de lo que dejas o no entrar a tu corazón?
Cortar la mano y sacar el ojo, no son expresiones literales, pero sí una invitación a ver de raíz cuál es mi entrega y mi custodia de todo lo que entra a mi corazón.
«Pero ¿qué significa corazón “puro”? El puro de corazón vive en la presencia del Señor, conservando en el corazón lo que es digno de la relación con Él; sólo así posee una vida “unificada”, lineal, no tortuosa sino simple. El corazón purificado es, por lo tanto, el resultado de un proceso que implica una liberación y una renuncia. El puro de corazón no nace así, ha vivido una simplificación interior, aprendiendo a negar el mal dentro de sí, algo que en la Biblia se llama circuncisión del corazón». (S.S. Francisco, Catequesis del 1° de abril de 2020).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haz un examen de conciencia sobre lo que ves, escuchas y hablas en el día, para ver si eso ayuda a mantener un corazón puro como el del Señor y el de la Santísima Virgen.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.