Viernes 22 de abril – Mi camino y verdad: Soy criatura que vive por el amor de Dios.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey Nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, Dios mío, quiero ponerme en tu presencia en este día. Como una sencilla criaturita vengo hoy a presentarme ante Ti. Aunque eres grande, no temo tu grandeza, Señor. Aunque eres poderoso, no temo tu poder, más bien me inspira confianza el saber que mi suerte está en la mano de un Dios omnipotente y misericordioso. Gracias por crearme, Dios mío. Mi creación es un misterio que jamás comprenderé, pero sé que es un misterio de amor. Y hoy quiero venir ante mi Creador.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy».
Entonces Tomás le dijo: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le respondió: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En tiempos antiguos el hombre se preguntaba de dónde venía y hacia dónde iba. Muchos dioses, muchas creencias o supersticiones servían de consuelo para algunos, mientras que a otros suponían mayor oscuridad. Algunos optarían por negar que hubiera un principio, o que hubiera una creación. La respuesta era, en definitiva, casi imposible de encontrar. Por medio de su inteligencia el hombre podía caminar hacia su Dios, sí. Pero siempre se topaba una y otra vez ante el precipicio de los límites de su razón. Y he aquí que ocurrió el suceso simplemente inimaginable: decidió Dios descender.
Decidiste bajar Tú hacia el hombre. Decidiste liberarlo de los límites de su inteligencia, al mismo tiempo que lo arrancarías de la tiranía de su pecado. Descendiste hacia el hombre para mostrarle tu presencia. Descendiste hasta la tierra para encarnarte hombre. Descendiste hacia él para darle a conocer tu verdadero nombre: Amor. Criatura formada por el barro por tus manos, recibí la vida por tu aliento. Soy criatura que vive por el aliento de tu amor. Por eso mi camino eres Tú. Por eso mi única verdad eres Tú. Por eso Tú eres mi única vida. Que así sea.
«Comunicar el amor misericordioso del Señor. ¡Esta es nuestra misión! También a nosotros nos han dado la “lengua” del Evangelio y el “fuego” del Espíritu Santo, porque mientras anunciamos a Cristo resucitado, vivo y presente en medio de nosotros, calentamos el corazón de los pueblos acercándoles a Él, camino, verdad y vida.» (Homilía de S.S. Francisco, 24 de mayo de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy rezaré un vía crucis agradeciendo a Dios el amor que tuvo al enviarme a su Hijo y enseñarme su amor como mi único camino, verdad y vida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.