Viernes 26 de octubre de 2018 – Interpretar el corazón.
H. Alexis Montiel, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, el mundo necesita de Ti, manda más obreros a tu mies, y si me pides algo, dame la generosidad para decirte que sí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿Por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora?
Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Desde la antigüedad el hombre ha buscado tener el control de las cosas que le rodean, a base de observación ya sabían cuando iba a llover, cuáles eran los periodos de siembra, de cosecha… El hombre de hoy tiene otras necesidades y parece que no sabe leer los signos de esas necesidades, porque siendo necesidades tan internas y tan íntimas, no puede buscarlas si no es dentro de sí. Y, sin embargo, el hombre busca vehementemente aquellas cosas que no lo van a saciar, que le dejarán un vacío interior y al final se dará cuenta de lo mucho que se ha alejado de la felicidad.
Hoy hemos de cambiar el corazón, hemos de saber leer cuáles son sus movimientos, no para controlar, sino para amar, de modo que en todo momento sepamos qué es lo que tenemos que hacer, sin ningún complejo, sin ninguna dificultad, pero siempre sabiendo que el Señor nos pide hacer algo en cada momento. Él, siendo Padre, sabe qué necesitamos en cada momento y nos lo sabe dar a su debido tiempo, pero hemos de saber leerlo.
Ahora hay tiempo, al final de la vida se nos juzgará del amor, se nos pesará el corazón, y es en ese momento en el que sabremos que nuestro corazón necesitaba amor; ahora es el momento oportuno para reparar tanto mi corazón como el de quien me rodea.
«He recurrido a la expresión “primado diaconal”, a la imagen del cuerpo, de los sentidos y de la antena para explicar la necesidad más bien indispensable, de practicar el discernimiento de los signos de los tiempos. “El Pueblo de Dios, movido por la fe, por la cual cree que es guiado por el Espíritu del Señor, que llena el orbe de la tierra, procura discernir en los acontecimientos, exigencias y deseos que comparte con sus contemporáneos, cuáles son los signos verdaderos de la presencia o del designio de Dios. Pues la fe ilumina todo con una luz nueva y manifiesta el plan divino sobre la vocación integral del hombre, y por ello dirige la mente hacia soluciones plenamente humanas”.»
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de diciembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Leer mi corazón desde lo más profundo y ver, con el Señor, qué es lo que me va pidiendo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.