Viernes 3 de diciembre de 2021 – «Sí, Señor»
Pablo R. De la Gala, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Espíritu Santo, te pido que vengas y me ayudes a reconocer la presencia de Jesús en mi vida que ahora quiere encontrarse conmigo y sanarme. Virgen María pide por mí, para que tenga más fe en Jesús.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 27-31
En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando: «Ten compasión de nosotros, hijo de David». Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo: «¿Creéis que puedo hacerlo?». Contestaron: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos, diciendo: «Que os suceda conforme a vuestra fe». Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Cuidado con que lo sepa alguien!». Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, cuando está con una persona, la acepta y ama como es. No está interesado en el ideal que Tú tienes de ti mismo sino en ti en este momento.
¿Cómo estás? Tómate un momento para pensarlo y platícaselo a Jesús.
Los ciegos del Evangelio salieron de su seguridad y gritaban por el camino “Ten compasión de nosotros hijo de David”. ¡Que fe de estos hombres de salir de esa manera al encuentro con Jesús!
Que ellos sean un ejemplo para ti de sencillez, autenticidad y valor al salir al encuentro con Dios que es también verdadero hombre y te entiende.
«Quien sea puede invocar el santo nombre del Señor, que es Amor fiel y misericordioso, en cualquier situación se encuentre. Dios no dirá nunca “no» a un corazón que lo invoca sinceramente». (S.S. Francisco, Catequesis del 22 de agosto de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
A ejemplo de los ciegos del Evangelio, sal al encuentro de Jesús en un amigo o amiga, pídele que rece por ti y tú reza por ella o por él.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.