Viernes 8 de mayo de 2020 – El camino del cristiano
H. José Romero, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Dios, enséñame a caminar a donde Tú estás.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”.
Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Muchos de nosotros hemos tenido la experiencia de estar perdidos; recuerdo una ocasión de forma muy especial. Siendo novicio estaba subiendo una montaña con un grupo de compañeros, perdimos el camino y no sabíamos por dónde íbamos; el mayor problema que teníamos era que había un hermano lesionado. El regreso por donde habíamos subido era imposible con el hermano, teníamos que encontrar otro camino.
Esa sensación de estar perdidos a todos nos puede causar desesperación, angustia, tristeza, simplemente perdemos la paz. Pero cuando nuestra montaña es la vida y descubrimos tantos caminos que hemos tomado, pero que ninguno nos deja con paz, empezamos a sentirnos perdidos; el retorno con un alma herida por la desesperación parece imposible. Pero el consejo de Cristo es precisamente que no perdamos la paz. Sin embargo, resulta imposible no perderla cuando uno no sabe qué hacer, no sabe a dónde ir, cuando el temor y las dudas comienzan a gobernar. Estar lejos del camino original, estar lleno de pecados siempre nos quitará la paz.
Pero mi historia de aquel paseo, la historia de mi vida, de nuestra vida, no termina en estar perdidos todo el día; por gracia de Dios he encontrado el camino, he encontrado a Cristo. Es Cristo que se presenta, Cristo es el único camino que busca caminantes, y encontrarnos en la senda de la montaña que nos lleva a casa nos da la tranquilidad; encontrar a Cristo en nuestra vida es lo que nos llena de paz.
Por lo tanto, en la subida de nuestra vida no perdamos nuestro camino, en nuestro paseo permanezcamos con Cristo, y si algún día por error nos perdemos, nos alejamos de Cristo, hay que buscarlo con todas las fuerzas sin perder la esperanza de que Él también nos está buscando.
Para un cristiano solamente Cristo es la paz de su corazón. Cristo es nuestro camino seguro para regresar a casa.
«Pero es sobre todo Jesús quien nos ha dado ejemplo. Salió de su condición divina por nosotros y vino entre nosotros para caminar, él que es el Camino. Él, el Señor y Maestro, se hizo peregrino y huésped entre nosotros. Cuando regresó al Padre, nos dio el don de su mismo Espíritu, para que también nosotros tuviéramos la fuerza para caminar hacia él y hacer lo que Pablo pide: caminar según el Espíritu. Según el Espíritu: si cada hombre es un ser en camino, y encerrándose en sí mismo reniega de su vocación, mucho más el cristiano.»
(Discurso de S.S. Francisco, 21 de junio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dejarme encontrar con Cristo hoy, ver cómo me está buscando en mi vida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.