En un evento que reunió en Roma a encargados territoriales del ECYD, se dieron cita para profundizar en la misión y objetivos fundamentales del ECYD a la luz de las prioridades de la pasada Convención General. Durante las jornadas de trabajo, se abordaron temas fundamentales como la cultura vocacional, la pastoral con familias y las comunidades de apóstoles.
El primer día del encuentro estuvo dedicado a un repaso de los avances en cada territorio, seguido por una formación sobre la cultura vocacional. La charla central fue impartida por el sacerdote salesiano P. Mario Llanos, profesor de la Universidad Pontificia Salesiana y experto en pedagogía y pastoral vocacional. Su conferencia abordó cuestiones como el papel de la educación en la transformación cultural y la importancia de la vivencia de valores para generar cambios duraderos en la sociedad.
Maricarmen Vargas, consagrada del Regnum Christi que trabaja en París, destacó la riqueza de compartir la realidad de cada territorio: «Es impresionante ver el avance de un año a otro y reconocer la mano del Espíritu Santo en nuestra labor. Me impactó la sencillez del P. Mario Llanos y su enfoque en cómo Dios sigue llamando a los jóvenes a la santidad a través de medios sencillos». Relató también su experiencia en Francia, donde la evangelización se presenta como una misión en salida: «Trabajar con adolescentes que descubren a Cristo por primera vez es un desafío y una gracia. El año pasado, 22 jóvenes pidieron el bautismo después de encontrarse con Él».
Andrea Velarde, de Ciudad de México, subrayó la integración de la cultura vocacional en los cinco elementos fundamentales del ECYD: oración, vida de equipo, acompañamiento, formación y apostolado. «Para que un adolescente pueda vivir una cultura vocacional, debe encontrar a Dios en su vida ordinaria y responderle en su realidad concreta», explicó.
Desde Venezuela, el H. Tomás Borrero, L.C. compartió su experiencia en lo relacionado a la cultura vocacional con los Colaboradores ECYD: «El programa de colaboradores fomenta actitudes esenciales como la disponibilidad, el sentido misionero y el servicio, que son pilares de una auténtica cultura vocacional».
Noé Robertos, laico consagrado del Regnum Christi trabajando en el ECYD de Madrid, España, destacó el espíritu de familia que se pudo vivir en los días del encuentro en Roma: «Es hermoso ver cómo todos queremos construir juntos, cada uno desde su realidad, pero con la visión de un ECYD global. Los adolescentes tienen un ardiente deseo de ser apóstoles de Cristo y el ECYD les ayuda a descubrir su misión».
El H. Juan Disraely, L.C., quien trabaja con el ECYD en Cracovia, Polonia, resaltó la universalidad del carisma del Regnum Christi: «A pesar de las diferencias lingüísticas y culturales, el ECYD tiene la misma esencia en todos los lugares. Para ayudar a los jóvenes a vivir una cultura vocacional, primero debemos ser testigos auténticos y luego invitarles a escuchar la voz de Dios en su vida». También enfatizó la importancia de trabajar con las familias: «Evangelizar a los adolescentes implica también acompañar a sus familias para que el proceso sea completo».
Tamiris dos Santos, de Brasil, compartió su experiencia de fe del trabajo que realiza en el ECYD: «Cristo está apasionado por las almas y nos regala muchas bendiciones. En los adolescentes hay una tierra fértil para sembrar, pero se requiere paciencia y coraje para ser dóciles al Espíritu Santo».
Por su parte, el P. George de la Cotardière, L.C., que trabaja en Burdeos, Francia, destacó la importancia de acercar a los adolescentes a Cristo como su amigo: «Hoy en día, los jóvenes tienen dificultades para rezar o ir a Misa, pero necesitan descubrir que Jesús es su amigo y que quiere caminar con ellos. El ECYD es precisamente ese encuentro con Jesús».
Los participantes tuvieron una tarde de formación para los legionarios de Cristo estudiantes de teología, en el marco de un proyecto del equipo del ECYD Internacional. Esto último es un programa que busca ofrecer, tanto a los religiosos como a las consagradas del Regnum Christi en formación inicial, la formación necesaria para conocer el ECYD y proyectarse como futuros formadores en la medida de sus posibilidades. Durante esa jornada, se llevó a cabo una primera parte con actualizaciones de los distintos territorios, seguida de una exposición sobre el recorrido del equipo del ECYD Internacional, desde la creación de los Estatutos del ECYD hasta la publicación del libro Formando apóstoles en el ECYD.
Posteriormente, se dividieron en dos grupos, uno formado por los hermanos de primero y segundo año de teología, y otro integrado por los hermanos de tercer año. En el primer grupo, se reflexionó sobre las experiencias vividas en sus años de prácticas apostólicas y se presentó el fascículo 3 del libro Formando apóstoles en el ECYD. Mientras tanto, el grupo de tercer año escuchó la experiencia del P. Rafael Vignaroli, L.C., quien compartió los retos de su primer ministerio en el ECYD como sacerdote recién ordenado. Además, analizaron varios casos aplicando lo aprendido. Ese día finalizó con la celebración de la misa y la adoración, en la que se elevaron intenciones y se mencionaron los nombres de muchos chicos del ECYD de todo el mundo.
El encuentro de responsables territoriales del ECYD concluyó con el compromiso de cada territorio de aplicar las prioridades discutidas en su realidad local, asegurando que la cultura vocacional, el acompañamiento a las familias y la formación de comunidades de apóstoles sean ejes fundamentales en el crecimiento del ECYD. El encuentro afianzó el hecho de que el ECYD sigue siendo un espacio muy importante para que los adolescentes descubran su vocación y se conviertan en apóstoles de Cristo en el mundo actual.
«Nos alegra constatar que las tres prioridades apostólicas que propone la Convención General no son ajenas a lo que el ECYD ofrece para la formación de los adolescentes. Nos ilusiona vivir una mayor sinergia con las demás ramas y con las demás pastorales desde nuestra misión del ECYD, a partir de una visión de conjunto más amplia y de la colaboración afectiva y efectiva poniendo a la persona – los chicos del ECYD, los responsables, los formadores, los papás, los matrimonios, etc. – al centro», comenta Sofía Lobeira.
