Regnum Christi Internacional

Miércoles 11 de agosto de 2021 – ¿A ti y a mí qué?

Dios nos pone a personas en la vida para que nos ayuden

H. Iván Virgen, L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, quiero sentirme parte de tu familia cristiana, que pueda cuidar a mis hermanos como Tú nos cuidas, con desinterés de lo que yo pueda sacar. Te pido que aumentes mi fe para que mi oración se convierta en un instrumento de tu amor y que pueda hacer presente tu reino con ella.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o un publicano.

Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.

Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos”.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

La corrección fraterna es uno de los elementos de la vida cristiana que no solo tiene un significado espiritual sino también social. Jesús nos da este consejo evangélico porque, a la raíz de todo, somos hermanos en Dios y esto nos empuja a cuidar el uno del otro. Cristo nos vino a comunicar este mensaje maravilloso de que todos tenemos una cierta responsabilidad en la vida de los demás. Nada queda aislado y en especial el pecado repercute en la vida de la persona, su grupo más cercano y toda la comunidad cristiana. San Pablo usa la imagen del cuerpo cuando habla de la iglesia y de como si un miembro está mal todo el conjunto está mal. A veces es necesaria la amputación del miembro para que el todo pueda seguir viviendo y mantenerse sano en la medida de lo posible, pero es un proceso porque hablamos de personas y por este hecho siempre hay que tratarlas con dignidad. Es un proceso que implica la corrección fraterna.

Toda corrección que le hacemos a un hermano es porque lo queremos; una madre regaña a su hijo porque lo ama y quiere lo mejor para él. Dios no quiere que se pierda ninguna de sus ovejas, pero aquí entra el misterio de nuestra libertad. Dios no nos puede imponer nada, aunque sea todopoderoso y lo conozca todo. Cada uno de nosotros decide qué camino seguir y a quién seguir. Claramente nos podemos equivocar y caer en el error solos; y para solucionar esto Dios nos pone a personas en la vida para que nos ayuden. De todas formas, hay que saber escoger porque como dice el dicho «dime con quién andas y te diré quién eres»; las personas de las que nos rodeamos nos ayudan o no, por esto todas nuestras opciones y decisiones deben estar acompañadas de un discernimiento en Dios. ¿Qué me dices Tú de esto, Señor?

«Para corregir al hermano que se ha equivocado, Jesús sugiere una pedagogía de recuperación. Y siempre la pedagogía de Jesús es pedagogía de la recuperación; Él siempre busca recuperar, salvar. Y esta pedagogía de la recuperación está articulada en tres pasajes. Primero dice: “Ve y corrígele, a solas tú con él”, es decir, no pongas su pecado delante de todos. Se trata de ir al hermano con discreción, no para juzgarlo, sino para ayudarlo a darse cuenta de lo que ha hecho. Cuántas veces hemos tenido esta experiencia: viene alguien y nos dice: “Oye, en esto te has equivocado. Deberías cambiar un poco en esto”. Tal vez al inicio nos da rabia, pero después se lo agradecemos porque es un gesto de fraternidad, de comunión, de ayuda, de recuperación.»

(Angelus de S.S. Francisco, 6 de septiembre de 2020).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Armarme de valor y corregir a un amigo que no esté en el camino del Señor.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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