Regnum Christi Internacional

Sábado 19 de junio de 2021 – Servir a Dios.

Servir a Dios

H. César Adrián Hernández Morales, L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, ayúdame a descubrir la cercanía del Padre.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.

Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?

¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?

No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Servir a Dios significa dejarme amar por Él. Significa dejarme consentir  por Él. Significa dejar que cuide de mí. Dios no es un amo al que se le sirve, sino un Padre al que se le ama. Es un Padre que vela y se preocupa por mí.

Dios es un Padre siempre listo para salir a mi encuentro. Está siempre atento a mi necesidad, pero le gusta que me acerque a pedirle con confianza. Vivir para el Reino se trata de vivir como quien se sabe amado por otra persona y busca estar cerca de ella. Dios Padre me quiere mostrar un amor más grande, uno que el mundo no me puede dar. Por muy oscuro que pueda ser el camino, el Señor está siempre a mi lado, listo para salir a mi encuentro.

Hace falta buscarlo. Es necesario ver mi propia vida con ojos de fe para poder descubrir la presencia y cercanía de Dios Padre conmigo. Quizás no actúa como yo espero, pero eso no quiere decir que no está ahí conmigo. Vivir con fe es vivir siendo amado por Dios y eso, a su vez, es vivir para el Reino.

«Lo dije ya en otras ocasiones y lo quiero repetir como algo que es verdad y es cierto, no se olviden, el diablo entra por el bolsillo, siempre. Esto no es privativo de los comienzos, todos nosotros tenemos que estar atentos porque la corrupción en los hombres y las mujeres que están en la Iglesia empieza así, poquito a poquito, luego —nos lo dice Jesús mismo— se enraíza en el corazón y acaba desalojando a Dios de la propia vida. “No se puede servir a Dios y al dinero”. Jesús dice: “No se puede servir a dos señores”.  O sea, a dos Señores, como si hubiera sólo dos señores en el mundo: no se puede servir a Dios y al dinero. Jesús le da categoría de señor al dinero, ¿qué quiere decir?: Que si te agarra no te suelta, será tu señor desde tu corazón, cuidado.»

(SS Francisco, 9 de septiembre de 2017)

 

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Al final del día tomar unos minutos para reconocer y agradecer la presencia de Dios en mi vida a lo largo de este día.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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