Regnum Christi Internacional

Sábado 27 de marzo de 2021 – ¿Cómo vivir la Semana Santa?

comunidad

H. Pablo Vidal, L.C.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, vengo un día más ante Ti, sobre todo para dejarme amar por Ti y para buscar amarte más. Te pido un corazón que sepa entrar en comunión contigo y con los demás.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 11, 45-56

En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en él. Pero algunos de entre ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.

Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: “¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación”.

Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca”. Sin embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron la decisión de matarlo.

Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.

Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a otros: “¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?”.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Hoy, en el último sábado del tiempo de Cuaresma, me quieres hablar a través de este Evangelio que narra las palabras de Caifás sobre Ti, poco antes de los acontecimientos del Triduo Sacro. ¿Qué me quieres decir en este día antes de empezar la Semana Santa?

La profecía que acabo de leer decía que ibas a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios, a todos nosotros. Como los judíos en esos días, puedo preguntarme: ¿qué pasará esta Semana Santa en medio de la pandemia? Este año, de nuevo estaremos lejos físicamente unos de otros durante la Semana Santa. Pero Tú nos has dejado un ejemplo sobre cómo vivir estos días: me enseñas que no son días para mí solo, para pasarlos individualmente contigo, sino que son días en los que has muerto por mí y por todos los que me rodean, por toda mi comunidad.

Ayúdame a entender, desde el corazón, cómo quieres que viva estos días de la Semana Santa y cómo puedo hacerme presente en mi comunidad, para vivir la fraternidad y la solidaridad. Seguramente no quieres que viva estos días solo, sino en comunión contigo y con los demás. Enséñame, Señor, a ser cercano a ellos, desde la oración.

 

«Este modo de proceder de los doctores de la ley es precisamente una figura de cómo actúa la tentación en nosotros, porque detrás de ella estaba obviamente el diablo que quería destruir a Jesús y la tentación en nosotros generalmente actúa así: comienza con poco, con un deseo, una idea, crece, contagia a otros y, al final se justifica. Estos son los tres pasos de la tentación del diablo en nosotros, y aquí están los tres pasos que hizo la tentación del diablo en la persona del doctor de la ley. Empezó con poco, pero creció, creció, luego contagió a otros, tomó cuerpo y al final se justificó: “Es necesario que uno muera por el pueblo”, la justificación total. Y todos se fueron a casa tranquilamente. Dijeron: “Esta es la decisión que teníamos que tomar”. Y todos nosotros, cuando somos vencidos por la tentación, terminamos tranquilos, porque hemos encontrado una justificación para este pecado, para esta actitud pecaminosa, para esta vida que no está de acuerdo con la ley de Dios. Deberíamos tener el hábito de ver este proceso de tentación en nosotros. Ese proceso que hace cambiar nuestros corazones del bien al mal, que nos lleva por el camino en bajada. Algo que crece, crece lentamente, luego contagia a otros y al final se justifica.»

(Homilía de S.S. Francisco, 4 de abril de 2020).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Voy a ponerme en contacto con algún miembro de mi familia, sección, parroquia, comunidad, etc., para preguntar de qué modo puedo vivir la Semana Santa más cerca de ellos.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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